Estás de pie en el
corredor de la Vida, y detrás de ti se han cerrado ya muchísimas puertas, cosas
que ya no haces, ni dices, ni piensas; experiencias que ya no tienes. Delante
de ti hay muchas puertas más, y cada una se abre a una experiencia nueva.
Aléjate del pasado. A medida que avanzas, mira cómo vas abriendo diversas
puertas que dan a experiencias maravillosas que te gustaría tener. Confía en tu
guía interior, que te conduce de las maneras que son mejores para ti, y piensa
que tu crecimiento espiritual continúa sin detenerse ni un momento. No importa
qué puerta abras ni qué puerta cierres; siempre estás a salvo. Eres eterno.
Seguirás eternamente pasando de una experiencia otra. Mira cómo abres las
puertas que dan al júbilo, a la paz, a la curación, a la prosperidad y al amor,
al entendimiento, la compasión y el perdón, a la libertad, al reconocimiento de
tu propio valor, a la autoestima y al amor hacia ti mismo. Todo eso está ahí, ante
ti. ¿Qué puerta quieres abrir primero? Recuerda que estás a salvo; no es más
que un cambio.
Tienes miedo
cuando no confías en que el proceso de la vida te
respalde. La
próxima vez que te asustes, di: «Confío en que el
proceso de la
vida cuida de mí».
Louis Hay