Nada es estático, todo está siempre cambiando y en movimiento, nuestras células se van renovando día a día, la propia naturaleza nos muestra esto también pues siempre está en un crecimiento y una evolución continua.
Lo mismo sucede con nosotros, hoy no somos los mismos que ayer ni que el año pasado, sin embargo muchas veces nos aferramos a una idea, a una persona, a un miedo, a un dolor por algo que nos hicieron o por algo que hicimos etc. y nos quedamos estancados en el tiempo, en esa situación o en esa manera de pensar, muchas veces durante años. Con esa actitud sólo estamos yendo en contra de nuestra propia naturaleza, estamos generando un bloqueo que no nos permite avanzar, crecer.
La clave está en fluir, tal como fluyen las olas del mar, no aferrarnos a nada ni a nadie, vivir bien en el ahora, momento a momento, dejar que vengan nuevas ideas, nuevas personas, nuevas experiencias, ser flexibles y estar abiertos al cambio. Esa es la actitud con la que lograremos vivir acorde con nosotros mismos y con todo lo que nos rodea, sólo así podemos encontrar el camino a la felicidad que tanto deseamos.