
Si perdimos la esperanza de que las cosas vayan bien, (al comienzo a lo mejor con un poco de esfuerzo, luego ya será más fácil) busquemos crear oportunidades que nos hagan la vida más sencilla. Un simple gesto como una sonrisa puede cambiar nuestro día, el saludo amable a un vecino, hacer alguna pequeña buena acción, disfrutar del aroma y la belleza de una flor o escuchar una canción que nos haga sentir bien pueden tener un efecto positivo y llenar nuestro día con detalles que nos permitan sentir que la vida realmente es bella. Lo importante es que cada uno busque en algún momento del día, hacer aquello que lo llene de satisfacción y hacer oídos sordos a aquellos que nos dicen lo contrario.