Siempre que pienso en el tema de las relaciones, vuelvo inevitablemente al concepto del amor a uno mismo. Si no te amas, no serás capaz de disfrutar de una buena relación, aunque la introduzcas en tu vida, porque te producirá nerviosismo, estarás demasiado pendiente de la otra persona: ¿Qué estará haciendo? ¿Me querrá realmente? ¿Le importaré algo? ¿Dónde estará? ¿Por qué no me llama? Ya debería estar en casa, ¿con quién estará?
Nos creamos toda clase de tormentos cuando no nos amamos a nosotros mismos. Y si tenemos una relación con alguien que no se ama a sí mismo, entonces es imposible contentarlo. No se puede ser lo bastante bueno para alguien que no se ama a sí mismo Y nos desvivimos tratando de agradar a una persona que no sabe cómo aceptarlo debido a que no se ama a sí misma. Cuando tenemos celos, es que no nos amamos a nosotros mismos, no nos valoramos, nos sentimos inseguros... Y en eso consisten los celos: inseguridad. Es decir: «No valgo lo suficiente, no merezco que me amen, así que, ¿por qué tendrías que amarme? Y yo sé que sales y haces quién sabe qué por ahí». Es que no nos importamos, no nos importa quiénes somos. Y esto vale tanto para las relaciones personales como para las de trabajo.
Louise Hay: Pensamientos del corazón
4 comentarios:
Muy cierto, sin autoestima se dificultan mucho las relaciones con los demás.
Fuerte abrazo!
Sí Sara, es de vital importancia que nos valoremos y sintamos amor por nosotros mismos, más de lo que creemos.
Otro abrazo para ti!
Carmen Rosa, tu post de hoy me cae del cielo, buscaba respuesta para una amiga y acá la encontré, gracias!
Abrazos!
Me alegro mucho que haya surgido esa sincronía Soñadora.
Un abrazo
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